UN SIGLO CON PIAZZOLLA

"TENGO UNA ILUSIÓN: que mi obra se escuche en el 2020. Y en el 3000 también. ... Soy un hombre de tango. Mi música hace pensar: a los que aman el tango y a los que quieren la buena música. Mi música podrá gustar o no, pero nadie va a negar su elaboración: está bien orquestada, es novedosa, de este final del siglo XX, y tiene olor a tango, por eso es tan atractiva en todo el mundo..."

Así hablaba Piazzolla poco antes de cumplir los 69 años a su amigo y periodista Natalio Gorin, encargado de plasmar su biografía en un libro maravilloso titulado "Astor Piazzolla. Memorias" publicado en español por Alba Editorial (2003). Todo un testimonio de QUIÉN fue, QUÉ pensaba y CÓMO transitó la parábola de su vida este bandoneonista y compositor nacido en la ciudad argentina de Mar del Plata en 1921.

Desde este foro queremos rendir homenaje a uno de los grandes, un maestro, un músico cuya proyección mundial es innegable, rotunda. Ha sido un virtuoso del bandoneón de sonido único, mágico, un compositor cuya música está llena de temperamento, pasión, ritmo y colores tímbricos. Un estudioso incansable que revolucionó el tango rompiendo viejos moldes tanto a nivel instrumental como compositivo creando un estilo musical propio que se perpetúa en el tiempo.

"... Todo se va metiendo bajo la piel. Mis acentuaciones rítmicas, 3 + 3 + 2 son similares a las de la música festiva judía que yo escuchaba en los casamientos"

El bandoneón apareció en la vida de Astor Piazzolla con tan solo seis años. Fue un regalo de su padre Vicente "Nonino" Piazzolla quien cuidadosamente lo envolvió en una caja. Ese niño pensó que eran unos patines.... pero el instrumento con el que soñaba y tantas veces demandó a su padre fue una armónica Hohner cromática. ¡Qué curioso es el destino!

Hijo de migrantes, su infancia y adolescencia discurrió entre las ciudades de Mar del Plata y Nueva York donde vivió en la calle 8, en una casa muy próxima a una sinagoga, en un barrio de pintores, músicos, artistas, morada de italianos, judíos e irlandeses. Este clima lleno de conflictos y violencia contribuyó a conformar un carácter de persona luchadora y resiliente ante los cambios, las dificultades y los obstáculos que encontró a lo largo de su vida. Pensemos que a los 50 años tuvo que emigrar a Europa y comenzar de nuevo consiguiendo que su música finalmente fuera respetada.

A continuación os incluyo un excelente documental titulado "VOLVER TANGO" sobre el recorrido vital e interpretativo de la obra tanto camerística como sinfónica de Astor Piazzolla, con intervenciones de su hijo Daniel, su mujer Laura Escalada, compositores, investigadores, cantantes, intérpretes, amigos y, por supuesto, el mismo Piazzolla.

La radio televisión de Portugal realizó en 1987 una entrevista a Piazzolla que nos acerca a su vida y su arriesgada apuesta por innovar e introducir nuevos parámetros en el tango fuera de los populares Adiós Muchachos, El Choclo, La Cumparsita, etc... haciendo una revolución en el tango que rompió viejos moldes firmemente establecidos y, por eso, le atacaron y tuvo que defenderse. Piazzolla se rompió el alma estudiando. Afirmaba: "Soy lo que soy porque cien veces choqué contra una pared, y cien veces me levanté".

"A los cincuenta años me tuve que ir a Europa a empezar otra vez desde abajo.... Tuve que defenderme, pelear, discutir, pero también confieso que me divertí. Sin darse cuenta me ayudaron; hicieron la fama de ASTOR PIAZZOLLA"

Es de destacar su gran admiración y agradecimiento eterno a su profesora en París en 1954. Sobre sus clases comentaba: "Estuve algo menos de un año con Nadia, estudiando mucho, especialmente contrapunto a cuatro partes, cosa que me volvía loco. Creo que alguna vez lloré de la bronca porque era muy difícil". Boulanger fue quien descubrió su talento y le impulsó hacia la composición de un estilo propio: el NUEVO TANGO.

Ramón Pelinski en su artículo "Astor Piazzolla: entre el tango y fuga, en busca de una identidad estilística", apunta que el tango piazzolleano llega a ser aquello a lo cual estaba predestinado: una música del mundo que no renuncia a su arraigamiento en la cultura porteña, –un arraigamiento siempre abierto al mestizaje musical, sea éste con el jazz, el rock, o la música erudita.

Si queréis profundizar en la figura de este maestro, la Fundación "Astor Piazzolla", creada y presidida por su mujer Laura Escalada Piazzolla, ha impulsado la realización de una plataforma oficial de contenidos para el centenario del músico que revolucionó el tango:

 https://www.piazzolla100official.com/ 

Está en funcionamiento desde el pasado 1 de marzo para ayudar a todos a conocer mejor al gran compositor argentino incorporando testimonios desconocidos de él, de su familia y de músicos de todo el mundo que fueron influenciados por su sensibilidad artística.

Con este propósito y con motivo del centenario, hasta el sábado 20 de marzo se realizarán conciertos en sala y en streaming de forma gratuita. Un homenaje que contará con la participación de su nieto "Pipi" Piazzolla, la Orquesta Estable del Teatro Colón, la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, Raúl Lavié, Jairo, Elena Roger, Susana Rinaldi y Paula Maffía, entre tantos otros artistas.

Ástor Pantaleón Piazzolla murió en Buenos Aires el 4 de julio de 1992 tras haber sufrido una trombosis cerebral en uno de sus viajes a París dos años antes. Veintinueve años después de su muerte, el NUEVO TANGO sigue vivo en las manos de músicos referentes del jazz, músicos amateurs, profesores, alumnos ... sigue brillando y emocionando al público en salas de conciertos y auditorios de todo el mundo.

"Vivir en el recuerdo de los demás no es morir". Gracias a su enorme legado musical, Astor Piazzolla vivirá para siempre entre nosotros. Hoy, 11 de marzo de 2021 Astor Piazzolla cumpliría 100 años.


No puedo cerrar esta entrada del blog sin incluir Oblivion, una de las más bellas páginas compuesta por Astor Piazzolla que, en la actualidad, se encuentra entre el repertorio tanto de orquestas sinfónicas como de cuerdas. Trata sobre el olvido. Por este tema fue nominado en febrero de 1993 para los premios Grammy Awards del año 1992, en la categoría de "mejor composición instrumental", a título póstumo.


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